31.8.09

El advenimiento de la plaga (Weldon Kees)

Todo empezó en septiembre.
Las langostas morían en los campos;
nuestros perros estaban silenciosos
y andaban como sombras sobre la pared;
aparecieron unos gusanos muy extraños,
moscas que nunca habíamos visto, enormes
polillas de la vid; tejones y serpientes
salían de sus cuevas en el campo; la fruta se pudría;
brotaban raros hongos; cubrieron por completo
los campos y los bosques unas telas de araña,
y unos vapores negros se alzaban de la tierra: todo esto,
y más, aquel otoño comenzó. Los cuervos, en parejas,
revoloteaban sobre el hospital.
En donde hubiera agua, se podía escuchar toda la noche
el ruido de la ropa al ser golpeada.
Eran innumerables los abortos, los celos, las rencillas.
Y un día vi en un campo un batallón de ranas,
hinchadas y asquerosas, cientos de ellas,
unas sobre las otras, apiñadas, en silencio ominoso,
y oí un rumor de ráfagas de viento.

27.8.09

Epitafio de Walt Disney (Frank Shaughnessy)

Porque el amor es una forma pura,
hice brotar en progresión geométrica
tíos y sobrinos, para así, con ellos,
poblar el mundo que me imaginaba.
Quise ser como Orfeo o San Francisco:
no me siguieron pájaros ni árboles
sino un ratón o dos, algunos patos
y un perro oligofrénico. Mis días
se acabaron. Estoy aquí dormido
en un frío y duro bloque, como Eurídice.

24.8.09

La respiración (Denise Levertov)

Absoluta
paciencia:
los árboles se yerguen,
las rodillas hundidas en la
niebla. La niebla lentamente
sube por la colina.
Pálidas
telarañas, el pasto
que ralea allí donde los ciervos
anduvieron en busca de manzanas.
En el bosque,
desde el pequeño arroyo
hasta la cumbre
que se alza por encima
de la niebla, no se ve
un solo pájaro.
Tan absoluta es,
que no podría ser
más que la dicha, una respiración
que de tan sosegada
no se escucha.

20.8.09

Traductor invitado

ANDRÉS HOLGUÍN TRADUCE A JOACHIM DU BELLAY



A Roma en Roma buscas, oh extranjero,
mas ya nada de Roma en Roma existe,
los viejos muros que entre escombros viste
es lo que llama Roma el mundo entero.

Cuánto orgullo entre ruinas prisionero,
tú, que al mundo tus leyes impusiste,
para vencerlo todo, te venciste,
y el tiempo te consume en su brasero.

Túmulo es Roma, a Roma misma alzado,
a Roma sólo Roma ha sojuzgado,
y, oh vaivén mundanal, sólo subsiste

de Roma, el Tíber que a lo lejos huye,
el tiempo lo que es firme lo destruye,
y sólo lo que huye le resiste.


17.8.09

Fuga de la muerte (Paul Celan)

Leche negra del alba la bebemos a la tarde
al mediodía la bebemos la bebemos de noche y de mañana
cavamos una fosa en el aire no se está ahí apretado
Vive un hombre en la casa que juega con serpientes que se pasa
escribiendo a Alemania cuando se hace de noche tu cabello de oro Margarete]
escribe y aparece delante de la casa y brillan las estrellas silba para llamar a sus perros de presa]
les silba a sus judíos para hacerles cavar una fosa en el aire
nos ordena tocar para bailar

Leche negra del alba te bebemos de noche
al mediodía y de mañana te bebemos te bebemos a la tarde
bebemos y bebemos
Vive un hombre en la casa que juega con serpientes que se pasa
escribiendo a Alemania cuando se hace de noche tu cabello de oro Margarete]
tu pelo ceniciento Sulamita cavamos una fosa en el aire no se está ahí apretado]

Grita hiendan la tierra ustedes más profundo mientras tocan y cantan los demás]
saca el arma del cinto y se pone a blandirla sus ojos son azules
vamos hundan la pala ustedes más profundo y los demás toquen para bailar]

Leche negra del alba te bebemos de noche
al mediodía y de mañana te bebemos te bebemos a la tarde
vive un hombre en la casa tu cabello de oro Margarete
tu pelo ceniciento Sulamita él juega con serpientes
Grita toquen la muerte y que suene más dulce la muerte es un maestro de Alemania]
grita a ver los violines que suenen más sombríos y ustedes subirán como humo en el aire]
tendrán luego una fosa entre las nubes no se está ahí apretado

Leche negra del alba te bebemos de noche
al mediodía te bebemos la muerte es un maestro de Alemania
te bebemos de tarde y de mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro de Alemania sus ojos son azules
te alcanza con su bala de plomo da en el blanco
vive un hombre en la casa tu cabello de oro Margarete
azuza en nuestra contra a sus perros de presa nos regala una fosa en el cielo]
el juega con serpientes y sueña que la muerte es un maestro de Alemania]

tu cabello de oro Margarete
tu pelo ceniciento Sulamita

13.8.09

Limericks



Había un futbolista de Adrogué
que juraba: “¡Yo nunca me drogué!”,
le hicieron una rino,
y era puro platino,
¡el falaz futbolista de Adrogué!




10.8.09

A la tía Rose (Allen Ginsberg)

Ahora –––Tía Rose––– podría verte

con tu carita flaca y tus dientitos de conejo y el dolor

del reuma –––y un zapato largo, pesado y negro

en tu huesuda pierna izquierda,

rengueando por el largo corredor alfombrado, allá en Newark,

pasando el piano negro

de cola, en esa misma habitación,

donde se hacían las fiestas

y en la que yo cantaba himnos republicanos de la Guerra Civil

Española, con voz chillona y muy aguda

(fuera de mí), mientras el comité

me escuchaba cantar,

y vos rengueabas por la habitación

recogiendo el dinero-––

la tía Honey, el Tío Sam, alguien desconocido que tenía una insignia

de tela en el bolsillo

de la Brigada Lincoln

y una cabeza calva enorme y joven

–––tu triste cara larga,

tus lágrimas de frustración sexual

(qué llantos sofocados y caderas huesudas

debajo de la almohada de Osborne Terrace)

aquella vez que me senté en el inodoro, totalmente desnudo,

mientras vos me rociabas loción de calomina en la entrepierna

contra la hiedra venenosa ––mis tiernos

vergonzosos vellos primerizos, morenos y rizados,

qué estarías pensando, secretamente en tu alma,

ahora que ya me conocías como hombre–––

y yo era una ignorante muchachita de silencio familiar en el delgado

pedestal de mis piernas en el baño –––el Museo de Newark.

Tía Rose

Hitler murió, Hitler está en la Eternidad; Hitler está con

Tamerlán y Emily Brontë

Aunque te veo todavía, caminando espectral por Osborne Terrace,

atravesando el largo y oscuro corredor hacia la puerta de calle,

rengueando un poco, una sonrisa dolorida dibujada en la cara,

enfundada en lo que debe haber sido un vestido de seda

estampado con flores

recibiendo al Poeta, mi papá, en su visita a Newark

–––te veo llegar al living

y bailotear sobre tu pierna mala

y festejar con un aplauso

que le hubiera aceptado publicar su libro

el editor de Liveright.

Hitler murió, y Liveright fue a la quiebra

El desván del pasado y El minuto infinito se agotaron

El tío Harry ya vendió su último par de medias de seda

Claire dejó de asistir a la escuela de danza interpretativa

Buba se pasa el día sentada en un Asilo para Ancianas,

como si fuera un monumento todo lleno de arrugas,

parpadeándoles a los bebés recién nacidos

te vi en el hospital, la última vez,

el cráneo blanquecino sobresalía de la piel color ceniza

muchachita de venas azules inconsciente en una carpa

de oxígeno la guerra

en España hace mucho terminó

Tía Rose.

6.8.09

Dolor de matrimonio (Denise Levertov)

Dolor de matrimonio:

los muslos y la lengua, bienamados,
cargan su peso
que late en los dientes

Buscamos comunión
y somos rechazados, bienamados
uno y el otro

Es como un leviatán
y nosotros buscamos en su vientre
la dicha, alguna forma de la dicha,
que sea desconocida fuera de él

de dos en dos, entramos en el arca
de su dolor.

3.8.09

Asalto (Edna St. Vincent Millay)

I

Debo haber olvidado cómo suenan las ranas
tras un año en silencio; si no, no debería
haberme aventurado tan largo trecho sola
por esta carretera abandonada de noche.

II

Me asalta la Belleza. ¿Quién ha de acompañarme,
caminando entre el croar de las ranas y yo?
¡Oh salvaje belleza, permíteme que pase,
soy una mujer tímida, que recorre el camino
de una casa a la otra!