27.12.12

Palomas al amanecer (Charles Simic)


Amigo mío, se hacen esfuerzos denodados
por ocultarnos cosas.
Algunos se desvelan hurgando en sus conciencias
y otros se desvisten mutuamente
en sus cuartos, a oscuras.

El antiguo ascensor, entre chirridos,
primero nos llevó hasta el sótano helado
para mostrarnos un balde y un trapeador,
hasta que decidió subir de nuevo
con un suspiro de exasperación.

Bajo el inmenso cielo de las primeras horas
del alba, la ciudad yace en silencio
ante nosotros. Todo detenido:
los tejados y las torres de agua,
las nubes, las volutas de humo blanco.

Paciencia, nos dijimos,
veamos si las palomas van a zurear ahora
para la que vendrá hasta la ventana
a darles bizcochuelo,
casi invisible, salvo por su brazo.