24.12.12

Uno de Gerardo Deniz


VETERANO

Al cumplirse treinta o cuarenta años
de que las callosidades isquiáticas le acabaron de
     empedrar la cara
(mosaico, ya refractario a todo, de ridículos, abyecciones,
     vueltas de camisa, retractaciones, cabronadas),
es la hora en punto
para hacerle un homenaje al viejecito,
pues nunca se apartó un ápice de sus convicciones
     juveniles.
(Se ve tan frágil;
pero tan vivaz como siempre.
Qué memoria. Qué gracejo.)
Que se vaya a chingar a su madre.